lunes, 5 de julio de 2010

Para ayudarnos, los lemas de este mes pueden ser:

Queridos amigos

La Palabra de Vida de este nuevo mes no es una palabrita más, sino un desafío grande, exigente: confiar! Confiar en la Palabra de Jesús que nos pide de dejar todo atrás, para tener un tesoro en el cielo. Que locura para nuestra manera de pensar, que en primer lugar busca seguridad, certeza… mientras que Jesús ofrece una promesa para el futuro!... por lo tanto, “riesgo” por el presente! Sin embargo, Dios no se deja vencer en generosidad, y por lo tanto, aquel 1% que ponemos nosotros, se completará de su parte con el 99% restante… y mucho más.

Pero más allá del hecho mismo del vender… para tener la perla preciosa, me parece es una invitación, a un amor más grande. ¿No hemos hecho todos la experiencia, que cuando amamos a una persona, no hay nada que sea demasiado grande, desafiante, para mostrar nuestro afecto, nuestro amor; para expresarle cuan presente la tenemos en nuestro corazón?. Para alguien que razona solamente, puede ser una locura. Sin embargo, para quien ama a una persona, nada podrá expresar de manera clara y suficiente, todo el amor que uno le tiene.

¿No es así en nuestra relación con Dios? Si lo amamos de verdad, el postergar las cosas para tener a Él en el centro de nuestra existencia, no es una tortura, ni un martirio, sino más bien un hecho de amor. Lo amamos, y por eso, hacemos de todo para que nuestra vida refleja ese amor para con Él. Por lo tanto, mirando a lo que hacemos durante el día, preguntémonos, si aquella cosa – ciertamente no mala – permite de decirle a Él que lo queremos? … ¿si aquella película construye mi relación con Él? Si no es así, cortémosla y dediquémonos a algo que si construye. Aquel “vender”, ¿no podría para nosotros decir también: postergar las cosas, cortar si es necesario, olvidar, para priorizar a Jesús y nuestro amor para con Él?

A veces nos preguntamos: ¿Por qué aquella relación tan tangible que tenía con Jesús no es más tan sensible, tan cercana? ¿Que pasó? ¿Dios se alejó de mí?

No habría que preguntarse también: ¿Me alejé yo de Él? ¿Dónde le dejo espacio en mi vida diaria? ¿Le digo con mi actuar, que lo quiero?

La promesa de Jesús está clara: “¡A quien me ama me manifestaré!” ¿Puede ser que aquella primera parte la dejamos un poco de lado y queremos experimentar por sobretodo la segunda parte, sentir y tocar con mano la manifestación del amor de Dios para con nosotros? ¿No podría ser esta Palabra de Vida una invitación a volver a priorizar a Él en el trajín de cada día? Vender, postergar… no para caer en el vacío, si no más bien para encontrar el tesoro, la presencia tangible de Jesús en nuestro corazón!


Para ayudarnos, los lemas de este mes pueden ser:

1ª semana: Dar a Jesús su espacio en nuestra jornada

2º semana: Cortar con lo que no nos ayuda en nuestra relación con Dios

3ª semana: Dar a Dios el primer lugar en nuestro corazón

4ª semana: Confiar que Dios no nos hará faltar nada si somos generosos con los demás

5ª semana: Creer que Dios todo lo puede


Quedémonos entonces juntos en camino, aumentando el termómetro de nuestro amor para con Jesús, y por consecuencia con cada uno!

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